domingo, 10 de octubre de 2010

(sin titulo)

¡Ah soledad!
¿Pero quien te has creído?

Hoy te mato,
sabiendo que mañana
te voy a extrañar
hundiéndome en
la desesperación.
Hoy te mato,
y nada me extraña
que halla llegado
a tomar esta
decisión.

El hombre moral camina erguido.
Nada le ahuyenta o asusta.
No se da cuenta
de que esta herido.

Una gran hendidura en la tierra,
como un risco,
como una herida del corazón
cuando uno erra.

¿Cuando se esta dentro de un error?
Cuando no se puede salir
de una misma conclusión.

¿Donde entra la soledad en todo esto?
En el único lugar donde cabe:
bien dentro nuestro.

Solo ahí
Ahí, no mas.
En ningún otro lugar.

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