viernes, 29 de abril de 2011

Popurri

¿A donde van esas miradas vacías cuando te vas?
¿Cuando te apagas?

Estamos tan cerca de nada,
tanto, que no podemos dejar
de mirarnos las caras.

Dios no se levanta a la mañana para trabajar por mi.

Estoy soñando consiente, navegando en el mar
de mi inconciencia.
¿Donde duermes cuando camino?
¿A donde vas cuando me despierto?
¿Que comes cuando me faltan sueños?
Me siento afuera estando tan dentro mio.
Soy la cumbre de mis sentimientos mas bajos,
y no solo eso, los sobrevuelo.
Soy caminante en una encrucijada,
pero ciego para elegir.
Cada día me levanto sabiendo menos de mi
y con el espíritu sediento,
me alimento de mis sobras,
luego salgo a cazar.
Pero cada vez quedan menos presas.
¿Quedare yo, el día de mañana,
para que otros puedan comerme?
Zapateando mi integridad es como me siento sabio,
armándola me siento pobre,
pero si no hago nada... no me siento.

sábado, 16 de abril de 2011

El dibujante

No puedo culpar a mi guitarra por escribir así.
No puedo negar que me gustaría.
No puedo dejar de pensar lo bueno que seria
amasar esta alegría inmunda,
esta sensación poco sentimental,
este ingenio poco genial,
esta canción poco melodiosa,
estos poemas de la razón odiosa.

No puedo culpar nada, ni a mi mismo,
ni a mi otro yo.
Yo, yo, yo... Que palabra tan chota.
Que fumarola de malas ondas.
¿Que ondas poco audibles
son las que me agobian?
Vos, yo... Vos.

Pájaros de la razón, palabras que migran.
No saben anidar.
Son trenes sin estación.
Son asuntos de otros.
Son guitarras y chinas de otro gaucho.
Son birras ajenas, las que no hay que vardear.

Estas hojas se ponen cada vez mas duras.
Mi cabeza también.
¿No?

Cosas que perder y algo que plantar.
Duda por doquier, ¡Como me gusta!
¡Mas alto! ¡Dale que va!
¡Dale, que va a caer mejor!
¡Dale, vos mira y no me sigas!
¡Dale, como siempre!
Vos...

¿Cual es tu tren si no sabes la estación?
¿Cual es tu estación si nunca paras?
Lluvia de amor para mi paraguas emocional,
para mi incredulidad ajena,
para mis oídos apagados,
para todos los ya mojados,
para no parar de soñar,
entre risas y llanto,
entre niebla y sol,
enterrado en algún cajón.

El puente te trae, el mismo te lleva.
Vas y venís, con paso pendular.
La mirada en algún lugar.
Un hombre mirando su sudeste
y nada mas.
Vos, vos y vos... ¡Que palabra chota, por Dios!
¡Que lapicera del demonio!
¡Que noches de locura!
¿te vas? ¡Me voy!

Tengo ganas de dibujar un Sol...

sábado, 9 de abril de 2011


El amor es un desorden hormonal...

sábado, 2 de abril de 2011

Conmigo

Estamos juntos en esto.
Vos estas de un lado
y yo del otro.
Nos pasamos la pelota
mutuamente
hasta que uno le pega
a la red.
Metemos un gol
y me lo gritas en la cara.
Cuando te hablo saltas tan alto
que me cuesta escucharte.
Cuando guardas silencio
me asusto mucho.
Aveces corres mas rápido que yo.
Aveces te pierdo.

Solo.
Abandonado.
Hoy tampoco viniste.
Hoy tampoco te busque.
Hoy se escondió el sol
en otro planeta.
Hoy, en otro planeta,
mis poemas hacen historia.
Hoy la historia no me enseña nada.
Nada.
Esperando nada.
Respirando nada bueno.
Te veo caer.
Y a mi también.

Estas nubes ya no hacen sombra.
Este sol ya no alumbra.
Las tinieblas son mi día
y la noche también.

Te busco para levantarme,
cogoteo en vano.
Lobotomia espiritual.
Tan visceral como la amistad.
Olor a muerto en las palabras.
Seis metros entre cada una de ellas.
Aveces mas,
sobre todo cuando hablas.

¿Porque la fuga ocular?
¿Que lo merece?
¿Un atardecer?
¿Una caricia?
¿Mis escrituras encolumnadas
en otro planeta?
¿Estar lejos?
¿Volver?
¿Encontrar algo perdido?
¿Perder algo que nunca tuvimos?
¿Ser cerrajeros de corazones?
¿Escultores de soles?
¿Ladrón de estrellas?
¿Que lo merece?

Mi silencio es igual al tuyo.
¿Que tanto compartimos?
¿Que tanto nos robamos
el uno al otro?
Te encuentro en los cajones.
En las escaleras que van al sótano.
Detrás de muchas telas de arañas.
Detrás de muchos velos sociales.
Detrás de una aglomeración
de pelotudeces
que me rompen la cabeza y...
Y ahí salís.
Te escapas.
¡Basta, por Dios!

Al reloj le quedan muchas vueltas.
Si pensamos vivir juntos
es hora de que empecemos
a convivir.
O me voy a tener que callarte.
Dejar de hablarme a mis espaldas.
Dejarme de escucharte.
Dejarte de escucharme.
Callarme tu boca.
Básicamente.
Sencillamente.

Altas pretensiones de poco vuelo,
que despegaron hace mucho.
Yo aterrizamos ayer.
Con migo mismo busco.
¡Ah, Soledad!
¿¡Pero quien te has creído
Soledad!?