viernes, 10 de septiembre de 2010

Viernes

¡Hay de los ilusos!
¡Hay de los inmaculados!
Si todos sufrimos el mismo mal
y vivimos con el mismo fin...
Si es que lo hay.
El amor en cualquiera de sus facetas

¡Hay de los males!
¡Hay de los males!
Los misterios viscerales
que inundan esta destripada ciudad,
o civilización, da igual.
¿Da igual? ¿Que cosa? ¿Todo? ¿Algo?
No importa, nunca importa.

¿Importo alguna vez,
o fueron puras fachadas
de gente bonita?
¿Que es lo que nos importa?

Hoy me siento a escribir
como todos esos días
en los que mi ansiedad
le gana a mi satisfacción.
Como todos esos días
en los que un yo
le gana a mi
otro yo.
Como todos esos días
en los que gano
y como en todos aquellos
en los que pierdo.
Cuando gano, es poco.
Cuando pierdo, es mucho.
Nada raro.
Se eleva la depresión
y decantan las ideas.
La escritura no alcanza,
es mucha lluvia en un mes,
es poco sol para un día.
Se mojan los pensamientos
y se raja mi ansiedad.
Nada alcanza
cuando caigo.
Cuando caigo como lluvia,
cuando caigo como el sol.
¿Cuando? Hoy.






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